Hace algún tiempo vengo estudiando y analizando los fenómenos de alto desempeño en diferentes contextos, sean deportistas, científicos, equipos de trabajo, profesionales, artistas, empresas e incluso países.
¿Porqué algunos de ellos logran resultados excepcionales y han marcado un antes y después?, no obstante, muchos otros no consiguen moverse hacia ningún lado y por el contrario parecen estar en decadencia, cual es la diferencia, no encontré factores determinantes ni en su origen, condición económica, religión o época.
Por mencionar ejemplos, ¿Qué llevó a los equipos de futbol de Brasil en su mejor momento a obtener tantos títulos mundiales?, ¿Qué hizo que naciones como Taiwan, pasaran en pocas décadas del subdesarrollo a ser lideres tecnológicos de nivel mundial?, luego de revisar la historia de Gastón Acurio, ¿Cómo fue posible que impulsara la maravillosa revolución culinaria de la Cocina Peruana?, ¿Qué características tienen los equipos de trabajo en las empresas de Sillicon Valley?, que les permite hacer negocios multimillonarios de alcance global en la industria de la tecnología.
Erich Schmidt ex CEO de Google, explica como su compañía y sus fundadores gestaron un ambiente propicio para la innovación y la libertad de sus ingenieros, Edwin Catmull expresidente de Pixar narra de forma espléndida la historia donde la casualidad y los sueños confluyeron y con apoyo de Steve Jobs crearon de cero una exitosa industria cinematográfica que ha marcado generaciones con sus películas animadas tan originales. Y así podemos mencionar tantos éxitos.
No obstante, ¿Porqué esto no se puede replicar como una receta en otras realidades?, los analistas han buscado respuestas y con mucha razón enumeran, como es el caso de Andrés Oppenheimer, quien ha investigado el tema llegando a conclusiones aleccionadoras para América latina, la educación y la aceptación del fracaso como parte del desarrollo, hacen un alto contraste con nuestras realidades donde la educación es la última en la lista de políticos y medios de comunicación junto con una constante personalización y juicio social; como resultado hemos aprendido que fallar es algo negativo, cuando en realidad es solamente parte de todo proceso de aprendizaje.
En ese orden de ideas, qué hace que estos factores no se puedan replicar en muchas otras organizaciones e individuos, porqué no se llevan a cabo si existe un consenso de las causas, esto según puedo ver se debe a razones más fundamentales, aspectos que están antes de estos motivos, prerrequisitos que no están siendo cumplidos ni visualizados aún, en otras palabras, existe una brecha entre el diagnostico y la aplicación de los cambios.
Con esa idea podemos analizar casos de fracasos conocidos, comencemos por lo que pasó con Blackberry, subestimó a Apple cuando Steve Jobs presentó el iPhone, lo demás es historia, la causa principal en este caso es claramente la soberbia. Otro ejemplo muy conocido es el de Microsoft y lo que ocurrió con el sistema operativo Windows Vista, se sabe que tuvieron problemas al no considerar las necesidades de los usuarios durante su desarrollo, finalmente termino decepcionando completamente. Como tercer ejemplo menciono a Kodak en su momento una de las marcas más valiosas de Estados Unidos de América, que llevo al mercado grandes innovaciones durante décadas escribiendo la historia de la fotografía, sin embargo luego de tantos éxitos, tuvieron en sus manos la fotografía digital dentro de sus laboratorios, pero la dejaron de lado, lo que ocurrió luego es conocido, no fueron ellos quienes capitalizaron esta disrupción, la inconstancia los llevo a traicionar su identidad de permanente innovación.
Estos y otros casos similares me llevan a considerar tres prerrequisitos de cambio o transformación, el camino hacia resultados sobresalientes se inicia con tres valores básicos.
En primer lugar es la humildad, su significado nos da una comprensión más objetiva del término, “Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento”, sin ella es imposible iniciar el cambio, su ausencia nos llevará a pensar que no necesitamos mejorar nada, que no podemos fallar, que siempre tenemos razón y la respuesta correcta a todo, y que nuestra situación es producto de factores externos y que el cambio debe venir de afuera.
El segundo valor consiste en mirar al rededor, a través de la empatía que se define como “La capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos”, es ponerse en los zapatos de otros. Si ya pudimos iluminar nuestra visión con la humildad es la oportunidad de ver a los demás, porque todos tienen dificultades, fortalezas y debilidades, necesidades y problemas, en consecuencia necesitamos de los demás para lograr nuestros objetivos como dice John Maxwell “Uno es un número muy pequeño para alcanzar la grandeza”, también porque somos necesarios, cito en este caso a las Escrituras “Más bienaventurado es dar que recibir”, la trascendencia se logra dando valor a los demás al final del día el propósito debe ser ayudar a mejorar la situación actual de las personas a nuestro alrededor.
La tercera cierra el circulo y es la más desafiante, la disciplina, en este caso usaré la definición de disciplinado, “Que guarda la disciplina (observancia de leyes y conocimientos)”. No es suficiente ser humilde y empático sólo una vez, es inútil tener chispazos esporádicos, no constituirá un cambio real, a menos que sea permanente eso sólo se logra con disciplina, otra forma de entenderla es definirla como “dominio propio” es decir hacer lo que, queremos hacer, no lo que nos place hacer en primer lugar, también me gusta esta definición “la disciplina es el respeto por nuestros sueños” constituye en última instancia una expresión de autoestima, es aceptar la necesidad de atravesar procesos, donde no es posible cambiar de forma instantánea, esto me trae a colación otra frase de John Maxwell, “Nunca cambiaras tu vida hasta que cambies algo que haces diariamente”.
Son tres valores o cualidades que pueden ser puntos de partida y guiar nuestro camino al cambio, entendiendo el cambio como un proceso de permanente autoconocimiento y mejora.
Las definiciones de humildad, empatía y disciplinado son extraídos del Diccionario de la Real Academia Española (RAE) edición Tricentenario
2 respuestas a “Prerrequisitos de Transformación”
Propuesta para hacer el cambio, real y permanente, porque la permanencia es indicador de que el cambio es real, me ha llamado mucho la atención que la propuesta no se limita simplemente a cambiar por cambiar, sino que busca la transformación del individuo en el proceso
gracias por tu comentario