¿Qué Significa Realmente una Decisión Salomónica?


A menudo escuchamos la frase “decisión salomónica” cuando se atribuye a una forma equitativa de resolver un conflicto, diferencia, tensión o disputa, y luego de ello, todos quedan conformes y satisfechos.

¿Por qué no revisamos su origen para ver cómo sucedieron las cosas? El Rey Salomón, a quien se le atribuye, reinó en el antiguo Israel entre los años 965 y 928 a.C. Fue muy famoso en su tiempo por su gran sabiduría, y esta es la historia en cuestión, extraída de las Escrituras (1 Reyes, capítulo 3, verso 16 en adelante):

«Dos mujeres rameras vinieron al rey y se pusieron de pie delante de él. Y dijo una de las mujeres: ¡Ay, señor mío! Esta mujer y yo habitamos en la misma casa; y di a luz mientras estaba con ella en la casa. Y sucedió que tres días después de mi parto, esta mujer también dio a luz. Nosotras estábamos juntas y ningún extraño estaba con nosotras en la casa; sólo nosotras dos estábamos en la casa. Y el hijo de esta mujer murió durante la noche, porque ella se durmió sobre él. Y habiéndose levantado a medianoche, tomó a mi hijo de junto a mí, pues tu servidora estaba dormida, y lo hizo recostar en su regazo, en tanto que a su hijo muerto lo recostó en mi seno. Cuando me levanté por la mañana para amamantar a mi hijo, ¡he aquí estaba muerto! Pero por la mañana lo observé bien, ¡y he aquí no era mi hijo, el que yo había parido! Pero la otra mujer replicó: ¡No! Sino que mi hijo es el vivo y tu hijo el muerto. Y la otra volvió a decir: ¡No! ¡Tu hijo es el muerto y mi hijo el vivo! Y disputaban muchísimo delante del rey. Entonces dijo el rey: Esta dice: Mi hijo es el que vive, y tu hijo es el muerto; y la otra dice: ¡No! sino que tu hijo es el muerto y mi hijo el vivo. Y el rey dijo: ¡Traedme una espada! Cuando trajeron la espada ante el rey, dispuso el rey: ¡Partid al niño vivo en dos, y dad la mitad a la una y la otra mitad a la otra! Pero entonces, la mujer de quien era el hijo vivo habló al rey (porque sus entrañas se conmovieron por su hijo), y exclamó: ¡Ay, señor mío! Dad a esta el niño vivo; pero no lo hagas morir. Pero la otra dijo: No sea ni para mí ni para ti. ¡Partidlo! Entonces el rey, tomando la palabra, dijo: ¡Dadle a aquélla el niño vivo y no lo matéis! Ella es su madre. Y todo Israel se enteró de la sentencia que había dado el rey, y tuvieron temor al rey, porque vieron que la sabiduría de Elohim estaba en su corazón para hacer justicia.”1

Después de leer esta historia, me parece que a la frase “decisión salomónica” no se le hace “justicia”. Justamente por eso, muchas veces se piensa que con ella se busca repartir algo de forma equitativa entre las partes involucradas. Sin embargo, no creo que Salomón quisiera en verdad hacer eso con el niño, sino, por el contrario, ser radicalmente justo para buscar la verdad y actuar en consecuencia, dándole a cada quien lo que le corresponde.

Es una buena oportunidad para reflexionar, porque podemos llegar a confundir las cosas y caer en el extremo de querer complacer a todos, diciéndonos que somos sabios como Salomón. Se necesita valor, porque buscar la verdad y la justicia puede ser incómodo y, a veces, doloroso, pero será más provechoso y fructífero en todos los ámbitos.

Recuerda que, si Salomón hubiera sido “salomónico”, el niño hubiera muerto y nadie estaría conforme. Lo mismo puede pasar con nuestros proyectos, objetivos, sueños, e incluso dignidad, que bien pueden estar representados por el niño en disputa.

A nivel personal, evitaremos complicaciones innecesarias y ganaremos más respeto y confianza. En lo profesional, los resultados tendrán más impacto, sabiendo que no nos guían los sentimientos y la complacencia, sino más bien la verdad, la justicia y la realidad.

  1. La cita fue tomada de la Biblia Textual 4ta Edición ↩︎

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